Toluca y sus sabores al compás de sus maravillas...


Siempre he sido una fiel creyente de Toluca y su riqueza gastronómica. Recientemente tuve una plática con alguien de aquí en el que con seguridad y fervor, aseguraba que no había nada bueno por ofrecer. Antes de ponerme a discutir, preferí pintarle de color un tanto menos gris su visión por esta maravillosa ciudad.

¿Qué te parece si me acompañas por las calles del centro histórico? Caminemos por las mismas calles en donde alguna vez Miguel Hidalgo pasó o por esas en donde nuestro gran Leopoldo Flores se inspiró para hacer sus magníficas y únicas obras de arte. Se dice que fuimos conquistados por los españoles no sólo en el sentido religioso sino en el gastronómico, trayendo influencias de su comida tradicional como los embutidos. Varios de nuestros pobladores vivían de la realización del tocino, de tal manera sin apropiación voluntaria, comenzaron con la elaboración de uno de los mejores chorizos del país. Si bien es cierto, la ciudad es ampliamente reconocida –incluso por los mejores catadores- por contar con una gastronomía suculenta e incomparable. La mayor parte del Estado de México es poseedor de grandes recetas ancestrales las cuales fueron inspiradas en platillos de origen indígena, como el benévolo uso de las hierbas o la implementación de animales que suelen llamarse hoy día  “exóticos” los cuales se presentan como las ancas de rana, el jabalí, el conejo e incluso los tan famosos acociles que no hacen nada menos que impregnar de unicidad la auténtica cocina mexiquense.

De tal manera, permíteme llevarte por uno de los sitios más fantásticos de la ciudad, un punto emblemático que ha sabido ser una de las mejores cartas de presentación de nuestro sitio: los Portales, en ellos existen una variedad extraordinaria de alimentos y bebidas, sin dudarlo, las mejores tortas de chorizo se encuentran en ellos, lugares con un derecho de antigüedad y por lo mismo, considerados como los consentidos por los Toluqueños. Comencemos con la Vaquita Negra la cual está impregnada de sabores españoles desde 1943, fecha en la que el Señor Miguel Parella, quien por permiso del ex presidente Cárdenas, decidió regalarnos un pedazo de su tierra a través de la nobleza bendita de la comida. Hoy día, cuenta con tres sucursales y cada una tiene una fiel clientela que aún al ser tentados, jamás se sentirían con la valentía de abandonar el sabor peculiar de la tortería. Siguiendo con nuestro andar, al haber atravesado la tan representativa Concha Acústica, nos encontramos con más de 20 puestos de comida tradicional y hallamos otra de las principales y más queridas torterías de Toluca, a diferencia de la Vaquita Negra, esta tiene más de un siglo de existencia. Con una formidable fortaleza e ímpetu por impregnar de sabor con sus características “albondigueis” y “milaneseis” de Don Florentino Gutiérrez, aquel muchacho que cada día arribaba a los Portales con una canasta llena de sus alimentos acompañado de un desfile de sentimientos de mucha fortaleza, una culpable incertidumbre indeseada en un inicio y con mucho amor a su trabajo, sin siquiera imaginarse el cariño y gusto insoslayable de parte de la gente al degustar lo que les ofrecía. Al día de hoy, este establecimiento es recurrido por cientos de personas, no solo originarios, sino aquellos que llegan de paso y que incluso, vienen desde lejos solamente a complacer sus caprichos del paladar. ¿Quién podría negarse al incomparable sabor de una torta de “El Ojeis” teniendo en frente la fantástica Plaza de encuentros Fray Andrés Castro? Ni la lluvia ni mucho menos el frio que llega diariamente a la ciudad.

Por favor, sigamos caminando, los arcos que permiten la entrada de la luz del sol, siempre invade de regocijo el corazón. Tan solo pensar que son los más largos de todo el mundo, provocan un estremecer imparable en mi pecho. Ahora entiendo por qué mi abuelo se convertía en un ser formidablemente imponente cada vez que caminaba en ellos, aún sin ser proveniente de Toluca, los Portales le mimaban de grandeza y yo, 57 años después de la última vez que los pisó, me permito deleitarme de su belleza e invasión de magnífico folclor poético.









Anteriormente hablé sobre la adjudicación del embutido, más allá del ya conocido chorizo verde y rojo, el estado cuenta con el “Obispo” el cual es originario del Municipio de Tenancingo, nombrado así por su grandioso regocijo de sabor que era considerado ser digno del paladar de un Obispo. Es un extraordinario festival de grandes sabores, una combinación de carne de cerdo, chile manzano, epazote, vísceras, médula y sesos de cerdo. Por supuesto, al saber todos sus componentes, puede parecer no tan atractivo, sin embargo, es uno de los alimentos más exquisitos que tu paladar puede disfrutar. A pesar de ser originario de este Municipio, cocineros de Toluca adquirieron la receta y no dudaron en poner sus locales repletos de este suculento embutido. Lo tradicional es comerlo con unas tortillas, si lo permite el tiempo y el día, hechas a mano, con una salsa imperdonable pero fiel compañera hecha de chile manzano. Cabe destacar que no solo te llenarás de encanto y unas ganas fervorosas de no terminarte el último bocado, sino que estarás acompañado de la emblemática y majestuosa vista de la Catedral frente a tus ojos. ¡Verdaderamente no se puede pedir más, lo tenemos todo!

Al llegar cerca del impactante y radiante Cosmovitral, el cual está repleto de perfectos detalles, de un sangrado de emociones del gran maestro Leopoldo Flores, quien con su singular estilo, impregnó de magia artística los vitrales coloridos y de fiesta interminable a la vista de cualquiera que tiene la dicha de pasar cerca o mejor aún, dejarse penetrar por su ritma imposiblemente defectuosa. Ahí, justo a los pies del solemne Hombre Sol, personaje que representa el renacer y el auge del ser, se encuentran los puestecitos de señoras dignas representantes de nuestra ciudad, estado y país. Ellas traen consigo deliciosos antojitos que indudablemente son un bendito manjar, creadoras de primorosos tlacoyos de tradicionales y sabrosos guisados que parecen desfilar entre uno y otro para crear un festín ante nuestros ojos, de haba, flor de calabaza, huitlacoche, tinga de res y pollo, entre otros más. Así como los fantásticos huaraches de nopales con frijoles, que son para bien acompañados de una salsa roja o verde, dependiendo de la valentía con la que queramos sentir el picoso indispensable de estas en nuestra boca. Afortunadamente, aquí nadie se queda con ganas, la variedad gastronómica de nuestra ciudad es misericordiosa y no disfrutarla, sería incluso como el acto de traicionarnos a nosotros mismos.

Desde una torta de chorizo en los hermosos Portales, un taco de obispo con la vista envidiable de la Catedral o un tlacoyo a los pies del Hombre Sol y la majestuosidad del Cosmovitral. Somos un sinfín de deleites, de enormes goces que nos abrazan desde el primer momento en el que probamos alguno de nuestros gloriosos alimentos.

Somos privilegiados de contar con exquisiteces únicas, honrados de pasear por los senderos de grandes personajes que no solo han sido héroes nacionales, sino estatales o incluso íntimos ídolos familiares, como mi abuelo Alfonso o nuestros ancestros que se instalaron con mucha gratitud en esta tierra que es brillante en todos los sentidos. Esplendorosos templos construidos acompañados de leyendas que marcaron nuestra historia. ¿Qué sería de nuestra maravillosa Toluca sin sus virtudes que merecen el emblema y reconocimiento fulgurante de nosotros sus hijos? Qué tan venturosa es nuestra tierra, ¿no te parece?

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