Elixir verde
Heredera de la receta
más secreta y anhelada por el paladar de muchos. Su padre fue el culpable de
que generaciones de hijos de Metepec hayan caído en sus encantos desde 1932.
Doña Elvira Rosa María Mendiola Pineda supo con mucho entusiasmo provocar que
la famosa bebida “Garañona”, en principio considerada solamente como
“digestiva”, se haya vuelto un símbolo no solo del Municipio sino del Estado de
México.
El bar 2 de abril es un
ícono para los habitantes de Metepec, su aceptación por los residentes ha sido
tanta que así como los Mosquitos en Toluca, es –casi prohibido- visitar el
pueblo y no tomar una copita de Garañona. Nombrada así por hacer referencia a
los “garañones”, es decir los potros que no han sido domados, en sus inicios el
señor Ángel Mendiola padre de Doña Elvira, consideraba que la bebida elaborada
con 14 hierbas estomacales, tenía efectos de aminorar las molestias causadas en
el estómago después de sentarse en alguno de los puestos de tacos de barbacoa,
cecina o carnitas en el mercado de cada lunes. Al inicio Don Ángel solamente lo
ofrecía a sus amigos o incluso él prefería disfrutarlo sin tener que
compartirlo con alguien. Sin embargo al pasar del tiempo, los amigos comenzaron
a presumir los beneficios y el sabor peculiar que emergían de la bebida.
Con un color
fuertemente verde y un sabor que indudablemente puede parecer inexplicable, Don
Mendiola comenzó con la construcción de su pequeña cantina en lo que
anteriormente era su casa, desde entonces su hija Elvira, adquirió el
formidable secreto de elaboración de este extraordinario licor. Anteriormente
solo existía la venta dentro del bar, sin embargo poco a poco se inició con la
venta también de botellas para que los comensales pudieran llevarse un poco de
la magia y hechizo de la añorada bebida a sus casas. Hoy en día es distribuida
en diversos bares del pueblo, dándole el privilegio de encantar a cualquiera
con deseos de adentrarse en el mundo predilecto de la Garañona.
No obstante con mucha
pena el pasado 8 de octubre Doña Elvira falleció, dejando un legado fantástico
no solo en su familia sino en todos los metepequenses que han hecho suya la
bebida y que indudablemente los ha acompañado en momentos de desolación y
alegría. Existe un lema en la parte superior de la cantina que dice que la
Garañona acompaña a los que sufren penas en el corazón y me queda claro que ha
sido fiel cómplice de muchos para olvidarse un poco de ese mal tan penetrante y
destructor. Hay otros que la consumieron porque se creía que al hacerlo ayudaba
a procrear crías, sobre todo si tenían la intención de que fueran hombres.
Hoy en día el bar 2 de
abril es considerado un lugar imperdible para los turistas tanto nacionales
como internacionales, incluso hay quienes se han vuelto tan recurrentes que han
sido creadores de un repertorio fascinante de historias resguardadas por las
paredes que lo conforman. Personajes de todo tipo han pisado el lugar, por dar
un nombre destacado, uno de ellos fue el ex Presidente Adolfo López Mateos, el
cual desde muy joven y siendo todavía profesor del Instituto Literario, le
gustaba pasar sus tardes degustando una copa acompañado de sus amigos. Empero,
a manera de confesión, no todo aquel que decide ser valiente al atravesar las
puertas del bar y probar una copa del licor cae encantado, hay quienes aseguran
que no cualquier paladar está preparado para tan peculiar sabor emergente de la
combinación de esas catorce hierbas y alcohol, pero siempre habrá la invitación
a probarlo por lo menos una vez en la vida.
Doña Elvira puede
quedarse tranquila, no solo fue digna precursora de una de las bebidas
tradicionales del Estado, sino que fue perfecta comandante de espectaculares
momentos y anécdotas de los hombres y mujeres que han pasado y seguirán pasando
por muchas generaciones más por el sitio. Indudablemente como lo dijo en Las
batallas del desierto José Emilio Pacheco: “voy a guardar intacto el recuerdo
de este instante porque todo lo que existe ahora mismo nunca volverá a ser
igual.”
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