Calles de crónicas
Ya lo decía Pasolini: es en la ciudad, y no contra ella, donde hay que cambiar la vida. Siempre me he visto cautivada por las calles de mi ciudad,
aun cuando para muchos son insignificantes o la rutina los ha capturado tanto
que les es casi imposible penetrarse en la belleza que existe en ellas. Desde
muy chica he sido entusiasta de caminar, de dejar volar mis ideas y
pensamientos a través de los pasos que dan mis pies y gracias a eso, me enamoré
con amor infinito de Toluca y deseo que hoy recorras conmigo cinco de sus
calles hermosas. ¿Comenzamos?
Calle José Vicente Villada, en
ella no solo se encontraban formidables vecindades, en una de las cuales por
cierto, nació la raíz de mi vida, mi madre. Sino que también se encuentran más
de 10 tiendas florales que impregnan de belleza y color, haciendo de este
espacio un sitio único. Un poco más adelante se ubica un templo formidable
mejor conocido como “El Ranchito”, en donde como dato curioso, la mayoría si no
es que todos sus sacerdotes son de origen español. Su construcción data desde
el 1885 y es un emblemático recinto neoclásico de la ciudad.
Andando mi sendero,
inmediatamente me encuentro en la avenida más hermosa, Paseo Colón, su perfecta
sintonía de casas, jardineras y monumentos, envuelven con mucha luz la mirada
de cualquiera. Sus guardianes en esculturas van desde José Vicente Villada, la
famosa cómplice de las victorias del equipo de la ciudad, “El Águila” monumento
a la Independencia y la representativa figura del explorador de mundos
Cristóbal Colón que por Porfirio Díaz en 1900 fue inaugurado. Sin embargo, su
encanto no solamente es por lo mencionado anteriormente, sino que el Gobernador
habita justo a la mitad de la avenida, lo que provoca que sea la parte más
segura de la ciudad. Añadiendo que en ella también existen maravillosos puntos
de reunión como cafés, restaurantes y librerías.
La calle Independencia, alberga
una de las escuelas más hermosas y representativas de Toluca, la Escuela Normal
de Profesores con 109 años existencia, es protegida por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia y en ella se han formado un sinfín de profesores de
nuestro Estado. La longitud de la calle es exorbitante, inicia desde la
Catedral y termina hasta la maravillosa reliquia de la estación del tren
colindando con la calle 1 de mayo, sus kilómetros están llenos de negocios,
escuelas, oficinas y sin duda, es de las más transitadas de nuestra ciudad.

Finalmente camino por la calle de
entretenimiento y sabores, la calle Venustiano Carranza. En ella tenemos la
oportunidad de deleitar ya sea el paladar o el alma que reclama constantemente
tener fiesta. Es el espacio en donde gran parte de los jóvenes se reúnen para
festejar en los más de 25 restaurantes y bares de todo tipo, desde los que van
con temática de cervecería artesanal, hasta los que desean simular un Irish pub. Es la calle ideal para dejar
que la libertad comande el cuerpo y es imperdible para cualquiera que desee
conocer el lado divertido de Toluca.
Nuestras calles son el mejor
abrazo terrenal que tenemos para presumir que estamos rodeados de un folclor de
historia, cultura y memorias. Son las mismas calles que recorrieron Heriberto
Enríquez creador de nuestro himno mexiquense, Alejandro Von Humboldt con su
ciencia, Fray Andrés de Castro con su fe y José Luis Álamo con su poesía. Son las calles que han pisado mis padres, mis
abuelos y fantásticos personajes que continúan engrandeciendo a la ciudad, que
es tan tuya como mía y que merece ser presumida desde sus esquinas. Por eso, te
invito a que la recorras con mucho corazón y con admiración urgente.
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